Muchos procesos químicos solo pueden tener lugar a temperaturas altas y definidas. La bomba centrífuga asume dos tareas importantes, una de ellas es que transporta el calor de manera segura y eficiente a los consumidores de ingeniería de procesos.
Para el ajuste exacto o la adaptación situacional de los niveles de temperatura requeridos, es necesario un suministro de calor indirecto a través de fluidos de transferencia de calor. En este proceso, se utiliza un medio de transferencia de calor circulante entre el calentador y el consumidor de calor para la transferencia de calor. Una bomba de circulación mantiene el circuito en movimiento.
A temperaturas de hasta 200 °C, generalmente se usa agua como medio de transferencia de calor. Las razones son la alta capacidad calorífica específica del agua y el bajo impacto ambiental. Debido a que la presión de vapor aumenta bruscamente con la temperatura a temperaturas superiores a 200°C, los fluidos de transferencia de calor orgánicos se usan por encima de esta temperatura. Sin embargo, muchos de estos fluidos no son seguros para el medio ambiente. Además, también pueden albergar un gran peligro potencial, si el punto de inflamación del medio está por debajo de la temperatura de funcionamiento y pueden formarse mezclas inflamables en caso de fuga.
Sin duda, las altas temperaturas requieren una cuidadosa selección e instalación del equipo utilizado para el circuito de calefacción. Para las bombas, las unidades sin sello se consideran la solución más segura.
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